miércoles, 19 de junio de 2013

Y como tus días serán tus fuerzas

“...y como tus días serán tus fuerzas”
(Deuteronomio 33:25).

Dios promete dar fuerza a Su pueblo en todo tiempo y en proporción a sus necesidades. No promete darla antes que éstas se presenten, pero cuando llegue la crisis, la gracia estará ahí para hacerle frente.
Quizás seas llamado a pasar por un tiempo de enfermedad y sufrimiento. Si supieras con anticipación cuán grande será la prueba es posible que dijeras: “Sé que no la podré soportar”. Pero, para tu asombro y el de los demás, el apoyo divino viene siempre con la prueba.
Vivimos con el temor del día en que nuestro Señor llame a sus seres queridos. Creemos que nuestro pequeño mundo se desmoronará y que no podremos hacerle frente a la situación. Pero no debemos pensar así. Sabemos que la presencia y el poder del Señor se harán presentes de una manera que nunca antes hemos experimentado.

Muchos de nosotros hemos estado al borde de la muerte en accidentes y situaciones de extremo peligro. En vez de encontrarnos llenos de pánico en esos momentos, hemos comprobado cómo Dios ha llenado de paz nuestras almas. Sabemos que es el Señor que viene a ayudarnos.

Cuando leemos las historias de aquéllos que dieron sus vidas con heroísmo por amor de Cristo, comprendemos de una manera nueva que Dios da “gracia de mártir para los días del martirio”. El valor ardiente de los mártires estuvo más allá de la intrepidez humana. Su audaz testimonio vino de arriba.
Preocuparse de antemano por las necesidades sólo produce úlceras. La verdad es que Dios no concede gracia y fortaleza hasta que éstas se necesitan. Como D. W. Whittle dijo:

Nada tengo que ver con el mañana,
de su afán el Señor me guardará;
No puedo tomar prestadas su fuerza y gracia,
¿por qué prestadas sus preocupaciones pediré?

Las memorables líneas de Annie Johnson Flint son siempre oportunas.

“Su gracia es mayor si las cargas aumentan,
Su fuerza es mayor si la prueba es más cruel.
Si es grande la lucha, mayor es Su gracia,
Si más son las penas, mayor es Su paz.

Si nuestros recursos se han agotado, 
Si fuerzas nos faltan para terminar,
Si al punto ya estamos de desanimarnos,
El tiempo ha llegado en que Dios obrará”. 

Devocional: De día en día (MacDonald)

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