Hoy es mi
cumpleaños, llamadas, mensajes, abrazos, sonrisas vienen y van. Cualquiera en
mi lugar se sentiría la persona más afortunada, llueven mensajes en las redes
sociales y cada paso que doy hay palabras de congratulaciones.
Además de
todo esto, como mujer también me agradan los regalos y ya he recibido unos
cuantos. Nada de que pudiera quejarme.
Sin embargo
una voz retumba en mi interior, el mejor regalo de cumpleaños que pudiera
recibir es ver cara a cara a mi amado.
Mi amado,
mi dulce, amoroso y tierno amado, aquel que no es necesario que sea mi cumpleaños
para llenarme de mensajes, de llamadas de abrazos, sonrisas y regalos.
Mi amado no
necesita que sea mi cumpleaños, para regalarme la serenata más hermosa
acompañada de las dulces voces de las aves.
Mi amado
que no precisa que sea mi cumpleaños,
para darme un cálido beso, apoyado en la brisa de la mañana.
Mi amado
que necesita que sea mi cumpleaños, para saludarme con una hermosa sonrisa en
el rostro de un niño.
Mi amado es
quien no necesita que sea mi cumpleaños para envolverme con un abrazo en una
noche solitaria.
Mi amado,
el definitivamente no necesita que sea mi cumpleaños para estar a mi lado y
decirme cuanto me ama.
Ese es mi
amado, que aun cuando no es mi cumpleaños me da los más hermosos regalos. Ese
es mi amado, que tomada de su mano puedo bailar todos los días sin necesidad
que sea mi cumpleaños.
Hoy que es
mi cumpleaños, y como regalo solo quiero a mi amado. Aunque estoy feliz con
todos los gestos de cariño de mi familia y amigos.
Hoy en mi
cumpleaños mi mejor regalo es Dios.
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