La confianza es
fundamental en la vida del ser humano, un ejemplo sencillo es que tú confías en
que cuando llegues a tu casa, podrás entrar porque es tuya, tú confías que el
mecánico arreglará bien los frenos de tu vehículo, tú confías, en que en el
restaurante donde comes no usarán ingredientes contaminados.
Aún la persona más
desconfiada del mundo, deposita su confianza en algo o alguien, no existe ser
humano que no confié en absolutamente nada.
Y aun cuando las personas
tengan las mejores intenciones, y no tengan previsto fallar, puede suceder que
fallen, por la única razón que todos podemos fallar y no solo podemos, sino que
¡fallamos!
Desafío a cualquiera
que nunca ha fallado en su vida, que nunca ha cometido ningún error a
escribirme. Realmente me gustaría conocerlo, puesto que la realidad de las
cosas es que queriendo o sin querer todos nos equivocamos y fallamos a alguien.
La pregunta ahora
que surge es, ¿entonces es mejor que vaya por la vida desconfiando de todos y
verificando que todos hagan las cosas como deben hacer? Eso solo traerá frustración,
enojo, decepción e incluso amargura.
Aunque quieras
controlar todo el trabajo que los demás hagan, lastimosamente no lo lograrás, y
eso solo te dará más dolores de cabeza.
Sin embargo hay
todavía una esperanza, y esa es depositar nuestra confianza en la única persona
que jamás ha fallado y jamás fallará, Dios. Él está dispuesto aguardar nuestras
vidas y darnos seguridad.
Según el
diccionario, “confianza es una esperanza firme que se tiene en otra persona” y
la esperanza está muy relacionada a la fe, que es “la certeza de lo que se
espera, la convicción de lo que no se ve”
Quizás no puedas
ver a Dios, pero por medio de su hijo Jesucristo hoy puedes tener la plena
confianza de que podrás pararte sobre una roca eterna. No importa si no te
dejan entrar a tu casa, o si algo fallo al reparar los frenos o incluso si se
equivocaron en la elaboración de la comida. En Dios hay confianza, él es quien supervisa lo que nosotros no
podemos y nos da la seguridad que todo estará bien porque él está con nosotros.
Te animo hoy a depositar
tu confianza en el Señor Dios, él será tu roca eterna y jamás serás avergonzado.
0 comentarios:
Publicar un comentario