"Contigo estoy para librarte, dice Jehová", Jeremías 1:8
El Sermón del Monte enseña que cuando estamos ocupados en los asuntos de Jesucristo, no tenemos tiempo para defendernos a nosotros mismos. Él nos dice al respecto: "No te preocupes si eres tratado de ana manera justa o no". En realidad, procurar que nos traten con justicia indica que nos hemos desviado de la devoción a Él. Nunca busques la justicia en este mundo, pero nunca dejes de darla. Si la buscamos, empezaremos a quejarnos y a ser dominados por el descontento que produce la autocompasión: "¿Por qué me tratan de esta manera?" Si estamos consagrados a Jesucristo, no haremos nada con respecto al trato que recibamos, sea justo o injusto. En esencia, Jesús dice: "Sigue firme haciendo lo que te mandé y Yo guardaré tu vida. Si tratas de cuidarla tú mismo, te apartas de mi liberación". Los más devotos de entre nosotros nos volvemos ateos en este asunto. No le creemos a Dios, entronizamos al sentido común y luego le pegamos el nombre del Señor. Nos apoyamos en nuestro entendimiento en lugar de confiar en Él de todo corazón (ver Proverbios 3:5-6).
Devocional: En pos de lo Supremo
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